Era todo silencio en torno mío, y al borde de mi cama una sombra estab перевод - Era todo silencio en torno mío, y al borde de mi cama una sombra estab русский как сказать

Era todo silencio en torno mío, y a

Era todo silencio en torno mío, y al borde de mi cama una sombra estaba en vela. Abrí los párpados en la vaga oscuridad y la sombra se acercó solícita: Unos ojos aterciopelados, compasivos y tristes, me interrogaron:
—¿Sufre mucho, señor?
Eran los ojos de la niña, y al reconocerlos sentí como si las aguas de un consuelo me refrescasen la aridez abrasada del alma. Mi pensamiento voló como una alondra rompiendo las nieblas de la modorra donde persistía la conciencia de las cosas reales, angustiada, dolorida y confusa. Alcé con fatiga el único brazo que me quedaba, y acaricié aquella cabeza que parecía tener un nimbo de tristeza infantil y divina. Se inclinó besándome la mano, y al incorporarse tenía el terciopelo de los ojos brillante de lágrimas. Yo le dije:
—No tengas pena, hija mía.
Hizo un esfuerzo para serenarse, y murmuró conmovida:
—¡Es usted muy valiente!
Yo sonreí un poco orgulloso de aquella ingenua admiración:
—Ese brazo no servía de nada.
La niña me miró, con los labios trémulos, abiertos sobre mí sus grandes ojos como dos florecillas franciscanas de un aroma humilde y cordial. Yo le dije deseoso de gustar otra vez el consuelo de sus palabras tímidas:
—Tú no sabes que si tenemos dos brazos es como un recuerdo de las edades salvajes, para trepar a los árboles, para combatir con las fieras... Pero en nuestra vida de hoy, basta y sobra con uno, hija mía... Además, espero que esa rama cercenada servirá para alargarme la vida, porque ya soy como un tronco viejo.
La niña sollozó:
—¡No hable usted así, por Dios! ¡Me da mucha pena!
La voz un poco aniñada se ungía con el mismo encanto que los ojos, mientras en la penumbra de la alcoba quedaba indeciso el rostro menudo, pálido, con ojeras. Yo murmuré débilmente, enterrada la cabeza en las almohadas:
—Habíame, hija mía.
Ella repuso ingenua y casi riente, como si pasase por sus palabras una ráfaga de alegría infantil:
—¿Por qué quiere usted que le hable?
—Porque el oírte me hace bien. Tienes la voz balsámica.
La niña quedóse un momento pensativa y luego repitió, como si buscase en mis palabras un sentido oculto:
—¡La voz balsámica!
Y recogida en su silla de enea, a la cabecera de mi lecho, permaneció silenciosa, pasando lentamente las cuentas del rosario. Yo la veía al través de los párpados flojos, hundido en el socavón de las almohadas que parecían contagiarme la fiebre, caldeadas, quemantes. Poco a poco, volvieron a cercarme las nieblas del sueño, un sueño ingrávido y flotante, lleno de agujeros, de una geometría diabólica. Abrí los ojos de pronto, y la niña me dijo:
—Ahora se fue la Madre Superiora. Me ha reñido, porque dice que le fatigo a usted con mi charla, de manera que va usted a estarse muy callado.
Hablaba sonriendo, y en su cara triste y ojerosa, era la sonrisa como el reflejo del sol en las flores humildes, cubiertas de rocío. Recogida en su silla de enea, me fijaba los ojos llenos de sueños tristes. Yo al verla sentía penetrada el alma de una suave ternura, ingenua como amor de abuelo que quiere dar calor a sus viejos días consolando las penas de una niña y oyendo sus cuentos. Por oír su voz, le dije:
—¿Cómo te llamas?
—Maximina.
—Es un nombre muy bonito.
Me miró poniéndose encendida, y repuso risueña y sincera:
—¡Será lo único bonito que tenga!
—Tienes también muy bonitos los ojos.
—Los ojos podrá ser... ¡Pero soy toda yo tan poca cosa!...
—¡Ay!... Adivino que vales mucho.
Me interrumpió muy apurada.
—No, señor, ni siquiera soy buena.
Tendí hacia ella mi única mano:
—La niña más buena que he conocido.
—¡Niña!... Una mujer enana, Señor Marqués. ¿Cuántos años cree usted que tengo?
Y puesta en pie, cruzaba los brazos ante mi, burlándose ella misma de ser tan pequeña. Yo le dije con amable zumba:
—¡Acaso tengas veinte años! Me miró muy alegre:
—¡Cómo se burla usted de mí!... Aún no tengo quince años, Señor Marqués... ¡Si creí que iba usted a decir doce!... ¡Ay, que le estoy haciendo hablar y no me prohibió otra cosa la Madre Superiora!
Sentóse muy apurada y se llevó un dedo a los labios al tiempo que sus ojos demandaban perdón. Yo insistí en hacerla hablar:
—¿Hace mucho que eres novicia?
Ella sonriente, volvió a indicar el silencio: Después murmuró:
—No soy novicia: Soy educanda.
Y sentada en la silla de enea quedó abstraída. Yo callaba, sintiendo sobre mí el encanto de aquellos ojos poblados por los sueños. ¡Ojos de niña, sueños de mujer! ¡Luces de alma en pena en mi noche de viejo!
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Era todo silencio en torno mío, y al borde de mi cama una sombra estaba en vela. Abrí los párpados en la vaga oscuridad y la sombra se acercó solícita: Unos ojos aterciopelados, compasivos y tristes, me interrogaron:—¿Sufre mucho, señor?Eran los ojos de la niña, y al reconocerlos sentí como si las aguas de un consuelo me refrescasen la aridez abrasada del alma. Mi pensamiento voló como una alondra rompiendo las nieblas de la modorra donde persistía la conciencia de las cosas reales, angustiada, dolorida y confusa. Alcé con fatiga el único brazo que me quedaba, y acaricié aquella cabeza que parecía tener un nimbo de tristeza infantil y divina. Se inclinó besándome la mano, y al incorporarse tenía el terciopelo de los ojos brillante de lágrimas. Yo le dije:—No tengas pena, hija mía.Hizo un esfuerzo para serenarse, y murmuró conmovida:—¡Es usted muy valiente!Yo sonreí un poco orgulloso de aquella ingenua admiración: —Ese brazo no servía de nada.La niña me miró, con los labios trémulos, abiertos sobre mí sus grandes ojos como dos florecillas franciscanas de un aroma humilde y cordial. Yo le dije deseoso de gustar otra vez el consuelo de sus palabras tímidas:—Tú no sabes que si tenemos dos brazos es como un recuerdo de las edades salvajes, para trepar a los árboles, para combatir con las fieras... Pero en nuestra vida de hoy, basta y sobra con uno, hija mía... Además, espero que esa rama cercenada servirá para alargarme la vida, porque ya soy como un tronco viejo.La niña sollozó:—¡No hable usted así, por Dios! ¡Me da mucha pena!La voz un poco aniñada se ungía con el mismo encanto que los ojos, mientras en la penumbra de la alcoba quedaba indeciso el rostro menudo, pálido, con ojeras. Yo murmuré débilmente, enterrada la cabeza en las almohadas:—Habíame, hija mía.Ella repuso ingenua y casi riente, como si pasase por sus palabras una ráfaga de alegría infantil:—¿Por qué quiere usted que le hable?—Porque el oírte me hace bien. Tienes la voz balsámica.La niña quedóse un momento pensativa y luego repitió, como si buscase en mis palabras un sentido oculto:—¡La voz balsámica!Y recogida en su silla de enea, a la cabecera de mi lecho, permaneció silenciosa, pasando lentamente las cuentas del rosario. Yo la veía al través de los párpados flojos, hundido en el socavón de las almohadas que parecían contagiarme la fiebre, caldeadas, quemantes. Poco a poco, volvieron a cercarme las nieblas del sueño, un sueño ingrávido y flotante, lleno de agujeros, de una geometría diabólica. Abrí los ojos de pronto, y la niña me dijo:—Ahora se fue la Madre Superiora. Me ha reñido, porque dice que le fatigo a usted con mi charla, de manera que va usted a estarse muy callado.Hablaba sonriendo, y en su cara triste y ojerosa, era la sonrisa como el reflejo del sol en las flores humildes, cubiertas de rocío. Recogida en su silla de enea, me fijaba los ojos llenos de sueños tristes. Yo al verla sentía penetrada el alma de una suave ternura, ingenua como amor de abuelo que quiere dar calor a sus viejos días consolando las penas de una niña y oyendo sus cuentos. Por oír su voz, le dije:—¿Cómo te llamas?—Maximina.—Es un nombre muy bonito.Me miró poniéndose encendida, y repuso risueña y sincera:—¡Será lo único bonito que tenga!—Tienes también muy bonitos los ojos.—Los ojos podrá ser... ¡Pero soy toda yo tan poca cosa!...—¡Ay!... Adivino que vales mucho.Me interrumpió muy apurada.—No, señor, ni siquiera soy buena.Tendí hacia ella mi única mano:—La niña más buena que he conocido.—¡Niña!... Una mujer enana, Señor Marqués. ¿Cuántos años cree usted que tengo?Y puesta en pie, cruzaba los brazos ante mi, burlándose ella misma de ser tan pequeña. Yo le dije con amable zumba:—¡Acaso tengas veinte años! Me miró muy alegre:—¡Cómo se burla usted de mí!... Aún no tengo quince años, Señor Marqués... ¡Si creí que iba usted a decir doce!... ¡Ay, que le estoy haciendo hablar y no me prohibió otra cosa la Madre Superiora!Sentóse muy apurada y se llevó un dedo a los labios al tiempo que sus ojos demandaban perdón. Yo insistí en hacerla hablar:-Вы много вы новичок?Она улыбается, возвращен, чтобы указать молчание: тогда бормотал: -Я не новичок: я educanda.И сидя в кресле enea был абстрагируется. Я молчала, чувствуя прелесть тех, населенная мечты глазами на меня. Глаза девушки, мечтает женщина! Моя ночь старых Banshee огней!
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молчание - это я, моя кровать края, тень на свечи.я открыл мои глаза в глаза: тени в темноте и пушистый бархатистый волнует, сочувствие и печаль, и они спросили меня:Он страдает, сэр?девочка в глаза, как будто они водах refrescasen сжигание сухой утешить меня души.Мои мысли летать как жаворонок разбитых вялость туман бродит в реальные вещи сознание, грустно, боль и недоумение.поднял руку, мне остается только голову усталость, поглаживая ребенка горе и святой аура.наклонился и поцеловал мне руку, мне в глаза - Это яркий бархатистый слезы.Я сказал ему:не печалься, моя дочь.Он постарайтесь успокоиться, пробормотал:Ты такой смелый!я улыбнулся на этот день немного горжусь.Я не с руки.девочка посмотрела на меня и дрожащие губы, глаза, как две розы открытости аромат францисканский скромность и радушно.Я думаю, я люблю комфорт его слова и застенчивый.если ты не знаешь, что мы два - это память дикари, на деревья, зверь бой...но в нашей повседневной жизни, этого достаточно, моя дочь...Кроме того, я надеюсь, что я поддержки это всегда может продлить жизнь, потому что я уже как деревянный человек.девочка плачет и говорит:Не говори, что ты, бог!Мне очень жаль!Звучит немного по - детски очарование, он же глазах Озия, пока остаться в темной спальне часто нерешительности лицо, бледная, круги.Я не слабый, голову на подушку.Hab - Аме -, моя дочь.она восстановила riente наивно, почти как, если произойдет, акции детское счастье:Почему ты хочешь знать?Потому что ты заставляешь меня чувствовать себя очень хорошо.твой голос локтями.маленькой девочкой, а затем медитации труп, как будто ищу мои слова: один скрытый смыслбензойная голос!Enea и сбора в его кресле, на голову молчать, я медленно, в свою очередь, счета розария.Я смотрю через дыру в век релаксации, затонул в подушку, кажется, что я лихорадка, отопление, quemantes.приближается к туман, их мечты, невесомости, ликвидности и заполнения отверстия, геометрическая зло.Скоро, я открыл глаза, девочка сказал мне:Теперь его мать.Я плачу, потому что он fatigo сказал, что ты поболтать со мной, так что вы должны очень тихо.на его лице улыбка, улыбка является горем, как отражение солнечного света в цветы сбора смирение, был росы. сидя на стуле, Рид, на моих глазах печаль сон.Я видел твою душу чувствовать себя более мягкий, нежный, наивно любовь, как в прошлом дедушка тепловой комфорт и девочка услышала печальная история.Я слышал его голос, он сказал:Как тебя зовут?Я maximina.это хорошее имя.смотреть, как я смеюсь, искренне загорелся, а затем восстановления:Я буду есть уникальные красоты!Ты тоже очень красивые глаза.Может ты глаза...Но я так грустно....О!...Я хочу очень ценным.Я слишком поспешно.Нет, сэр, я не в порядке.Я руку ей: я единственныйЭто все, что я видел девочек.девочка!...женщина карлик, сэр. ты думаешь, что я, сколько лет?И он встал, у меня на руках, она смеяться над такой маленький и дружественных жужжание. я сказал ему:Ты уже 20 лет.смотреть, как я счастлив.Как ты смеешься надо мной!...Я 15 лет не, сэр...если ты думаешь, что я бы сказал, 12....О, я не запретил мне сделать еще одну вещь сказал, Мэмми!сидеть в спешке, чтобы один палец к губам, а требует их глаза. я настоял, чтобы она говорит:давным - давно ты новичок?говорит она с улыбкой молчание, и сказал себе:Я не новичок: я студент.Enea и он сидит в кресле абстракции.Я всегда для меня обаяние, чувства людей, живущих в сон.Глаза маленьких девочек, мечты, женщина!Моя душа в старый свет вечером!
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